Desde la izquierda, los ciudadanos hemos luchado siempore contra los grupos de poder y las mafias políticas que pretenden apropiarse del país. Medios de comunicación como el periódico La Jornada, han apoyado en esta, nuestra incansable tarea, difundiendo la verdad y desvelando las conductas deshonestas de los hombres del poder.
Medios como La Jornada, aún a riesgo de sufrir ataques ignominiosos, lo han hecho lo mismo en su edición nacional como en las ediciones con que cuenta en el interior de la república. Por eso no tenemos más que salir de nuevo a protestar contra la campaña de odio que ordenó el candidato de la derecha a la alcaldía de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, contra La Jornada Jalisco.
La campaña, planeada por perversos y ejecutada en redes sociales por personeros oficiales y oficiosos de Enrique Alfaro, es una alerta de la política que pretende instaurar en Guadalajara este candidato que habla como perredista pero que actúa como un viejo priista, partido en el que se educó y del que ha resultado un alumno ejemplar.
Su carrera política está sostenida con un discurso que se apropia de valores de la izquierda, para avanzar con la derecha más radical e ingnominiosa, como la que encabeza Emilio González Márquez, su padrino, financista y protector, el ex gobernador de Jalisco al que le daban “asquito” los homosexuales.
Frente a esa actitud de la derecha, nunca alzó la voz este Alfaro que hoy se presenta como si tuviera un pasado limpio y ajeno a la corrupción. Pero La Jornada Jalisco lo ha denunciado siempre y ahora Alfaro responde como mejor sabe hacerlo: con amenazas.
Nuestra solidaridad con La Jornada.