La Jornada de Jalisco vive en estos momentos un ataque sistemático de acusaciones sin fundamentos y denostaciones ordenadas por el candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Guadalajara, Enrique Alfaro Ramírez, con el único propósito de desacreditar al diario que lo ha criticado por fomentar la corrupción al tener como jefe de escolta al ex policía, Alejandro Muñoz Ochoa, un ex agente con vínculos con el narcotráfico.Esta es la información que valientemente dio a conocer La Jornada Jalisco y que este candidato que habla como perredista pero que actúa como un viejo priista, partido en el que se educó y del que ha resultado un alumno ejemplar, no pudo desmentir.
"El jefe de escoltas de Alfaro, en los archivos negros del Cisen
Alejandro Muñoz Ochoa, jefe del cuerpo de seguridad de Enrique Alfaro Ramírez, fue dado de baja de la policía de Guadalajara en septiembre de 2012 por su probable participación en diversos ilícitos, que van desde la extorsión y abusos de autoridad, hasta la protección de grupos de narcomenudistas vinculados a la delincuencia organizada y los levantones.
“En cuatro ocasiones llegó a dar información de operativos que se harían en el Mercado San Juan de Dios a personas de la delincuencia organizada; dijo desconocer de qué grupo eran, pero que le llamaban y él les daba información. Por sus servicios, recibía a cambio un pago que iba de los 15 a los 20 mil pesos, para la vigilancia de la zona (el mercado). El agente evaluado, además, recibió en 2007 la cantidad de 10 mil pesos de la delincuencia organizada y con ellos la orden de entrevistarse con uno de los jefes del grupo delictivo (que opera en el estado de Jalisco)”, se lee en el expediente de su evaluación y que consta en los archivos del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), tal y como se instruyó cuando se aprobó para todo el país la evaluación, certificación y control de confianza de las corporaciones policiacas.
Los informes del Cisen empezarán a tomar relevancia en cada estado de la República donde se presuma la infiltración del narcotráfico en las estructuras municipales y de seguridad en las entidades federativas, señalaron fuentes del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP) consultadas por este diario. Además, y a petición del Instituto Nacional Electoral (INE) y de las dirigencias nacionales de todos los partidos participantes en el proceso electoral 2015, todos los involucrados (candidatos y equipos de campaña) se encuentran bajo la lupa de las autoridades electorales y del sistema de seguridad nacional.
El caso del jefe de escoltas de Alfaro Ramírez -cuya presencia en la campaña en Guadalajara fue confirmada por la propia dirigencia nacional del Partido Movimiento Ciudadano (MC)-, destaca por la entrada en vigor de la Operación Jalisco y la información que se tiene -como se informó ayer aquí- de la presunta infiltración del narco en algunos ayuntamientos y sus corporaciones policiacas.
De acuerdo con los diagnósticos del CNSP a los que este diario tuvo acceso y la información que se proporcionó sobre la continuidad de la Operación Jalisco, las campañas de todos los partidos “también son sujetos de seguimiento e investigación”. En tal sentido, subrayan las fuentes del gobierno federal consultadas por este diario, el tema de Alejandro Muñoz Ochoa “adquiere mayor relevancia y debería ser considerado como un ‘riesgo’ incluso para el partido Movimiento Ciudadano, por la preponderancia del sujeto en el entorno de su candidato a la alcaldía de Guadalajara”.
Entre los objetivos de la Operación Jalisco destacan -ver La Jornada Jalisco en su edición de ayer- “la prioridad inmediata… de cortar con las fuentes y bases de datos con las que cuenta” la delincuencia organizada en la entidad. El jefe de seguridad de Alfaro Ramírez “estaría en ese supuesto”, advierten las fuentes federales consultadas. Amarrar los datos que se requieren para integrar las averiguaciones contra los capos de la delincuencia organizada “incluyen todos estos elementos, y así se ha hecho en Michoacán y en Tamaulipas”, confían.
Otro de los datos “preocupantes” del expediente que se tiene de Muñoz Ochoa, se refiere a los “sobornos que recibió” de los narcomenudistas en Jalisco. “Dejó operar a vendedores de drogas a cambio de 25 mil pesos y de los decomisos de drogas que llegó a encabezar, se quedaba con parte de los estupefacientes asegurados para después venderlos entre sus compañeros de trabajo”, según establece la ficha que se elaboró para darlo de baja de la corporación policiaca de Guadalajara en 2012.
Muñoz Ochoa, como muchos otros casos en todo el país, son sujetos de investigación y las averiguaciones se integran “para fincarles el delito de delincuencia organizada”. Así ha sido en Tamaulipas y en Michoacán, y así se hace ahora en Jalisco, puntualizan los funcionarios que conocen de operativos como el que apenas empezó en Jalisco el 1 de mayo".