viernes, 15 de abril de 2016

Estados Unidos provocó la ola de violencia y muerte en México por su guerra contra el narco

En julio de 2009, Osiel Cárdenas Guillén pactó con agentes federales estadounidenses, lo que fue el inicio de la historia que ha dejado un baño de sangre por todo el país, y el gobierno federal no ha metido ni las manos ante el daño colateral de esta decisión gringa


Ciudad de México, 15 de abril de 2016.- Como ya es conocido, el imperio de Estados Unidos vela por sus intereses, y en esa lógica, no le importa el daño colateral que ocasione a otros países cuando trata de resolver problemas que le preocupan, como el del narcotráfico.

Ahora resulta que la ola de violencia y muerte que se vivió en el país a partir del año 2010, fue producto de la negociación que Osiel Cárdenas Guillén hizo con los gringos para disminuir su condena, y aunque su salida de prisión no se considera como inmediata, el capo en breve entrará al periodo en el que pueda solicitar su libertad condicional.

Osiel Cárdenas está preso en una cárcel de Houston, Texas, donde purga una sentencia de 25 años, misma que concluye en el 2023, pero la ley de Estados Unidos le faculta para pedir su libertad anticipada, tal y como sucedió en el caso de Héctor Palma Salazar, alias “El Güero Palma”, anterior líder del Cártel de Sinaloa, quien podrá dejar la cárcel de Atwater, en California, el 11 de junio de este año, tras estar recluido desde enero de 2007, cuando fue extraditado.

El gobierno del espurio de Felipe Calderón no metió ni las manos cuando los yanquis imperialistas hicieron el acuerdo con el capo Osiel Cárdenas, ni protestaron cuando comenzaron a recoger los cuerpos que dejó el rompimiento entre el Cártel del Golfo y su grupo armando Los Zetas.

De acuerdo con información del diario Reforma, una investigación realizada por el diario The Dallas Morning News, señala que tras una declaración de culpabilidad acordada entre Osiel Cárdenas Guillén y el Gobierno de Estados Unidos surgió una violenta ruptura entre dos cárteles que condujo a la muerte de miles de personas en México y a lo largo de la frontera con Texas.

La investigación del rotativo estadounidense sobre el acuerdo entre el líder del Cártel del Golfo y EU está basada en cientos de documentos confidenciales de la Corte, entrevistas con funcionarios de ambos Gobiernos, informantes confidenciales y exmiembros del Cártel del Golfo y de los Zetas, grupo que antes fuera su brazo ejecutor y paramilitar.

El diario estadunidense indicó que en julio de 2009, Cárdenas Guillén acordó declararse culpable, en una corte federal, de tráfico de drogas, lavado de dinero e intento de asesinato de agentes federales estadounidenses.

En el marco del acuerdo, que en ese momento estaba sellado, Cárdenas Guillén prometió entregar 50 millones de dólares, y por ello se le dictó una sentencia relativamente baja, de 25 años de cárcel, al comienzo de 2010.

Según The Dallas Morning News, los Zetas, que ya eran una auténtica organización criminal para esas fechas, pensaban que el envío de dinero le daría derecho a Cárdenas Guillén a una temprana liberación.

Cuando el brazo armado descubrió que había estado entregando información al Gobierno de Estados Unidos, declaró la guerra al Cártel de Golfo por lo que consideró traición. El conflicto provocó una explosión de violencia a lo largo de la frontera con Texas, según funcionarios estadounidenses con conocimiento del acuerdo.

En otro punto, la investigación señala que fue Juan Jesús Guerrero Chapa, abogado y confidente de Cárdenas Guillén, quien supervisó el cobro y aportó un gran volumen de información al gobierno gringo a nombre de Cárdenas Guillén, mientras presuntamente continuaba su participación en el comercio de droga.

El abogado fue rastreado y asesinado en 2013 por un pistolero enmascarado mientras hacía compras con su esposa en Southlake, un suburbio de Dallas donde tenía una casa.

Un abogado de uno de los acusados declaró en documentos judiciales que Guerrero Chapa era “de facto” jefe del cártel del Golfo y que continuó su asociación con empresas criminales hasta su muerte, según el reportaje.

Conforme a lo investigado por el medio de Dallas, varios funcionarios estadounidenses se encuentran profundamente divididos sobre su papel en el caso de Cárdenas.

Por un lado, algunos opinan que la sentencia negociada les facilitó una gran cantidad de información, que debilitó tanto al Cártel del Golfo como a los Zetas, pero otros lamentan el efecto no intencional que la intervención de EU tuvo en los mexicanos comunes.

Aunque de nada sirven las lamentaciones, ya que miles de inocentes murieron por la intromisión del gobierno imperialista, bajo la complacencia de un estado mexicano encabezado por un presidente que tomaba decisiones cuando no estaba sobrio, para promover una guerra contra el narco que nunca ganó.