viernes, 29 de mayo de 2015

Alfaro se cura en salud ante la prensa, previo a la captura del líder del CJNG en Tlajomulco



La vehemencia con la que Enrique Alfaro, candidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia municipal de Guadalajara, advierte que en los próximos días desde el PRI podrían relacionarlo con el crimen organizado, suena más a confesión de parte que a un temor infundado.

El jueves, el candidato de la franquicia de MC en Jalisco, viajó hasta la ciudad de México para dar una rueda de prensa con los medios que lo aman e incluso, los pasquines que dice, le hacen guerra sucia.
Fue a curarse en salud y a profetizar que la elección en Guadalajara, puede desviarse de su curso de otras maneras y no solo de un fraude electoral.

Pero al que detuvieron el mismo día en que Alfaro se encontraba reunido con medios nacionales no fue a él ni a sus familiares, sino al líder regional del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Víctor Manuel García Orozco, en un operativo realizado en el municipio de Tlajomulco de Zuñiga.

García Orozco es identificado por las autoridades como operador de Rubén o Nemesio “El Mencho” Oseguera Cervantes en la región Ciénega y como probable responsable de las operaciones de trasiego de droga, robo de combustible, extorsión y ataques contra policías de los tres órdenes de gobierno de Jalisco y Michoacán.

Por su ubicación, Tlajomulco es un lugar con amplia presencia del crimen organizado y se le considera sitio estratégico y de interés para el tráfico y trasiego de toda clase de productos ilegales.

Llama la atención que Alfaro reiterara ante la prensa nacional su llamado a no politizar el tema del crimen organizado en la entidad justo el día en el que “El Mencho” fue capturado.

También, que hasta ahora el candidato de MC ha declinado afrontar el reto que le lanzó el dirigente estatal del PAN, Miguel Ángel Monraz Ibarra, de someterse a una prueba de polígrafo para aclarar sus presuntos vínculos con el crimen organizado.

En días pasados el panista acusó a Alfaro de tener vínculos con Raúl Flores Castro, un presunto operador de Joaquín “El Chapo” Guzmán en Jalisco, así como de haber recibido dinero del narcotráfico a cambio de favores, de vender la plaza (de Tlajomulco) y de querer hacer lo mismo con Guadalajara.

Pero para la dirigencia estatal de MC esos señalamientos son solo “ocurrencias” y para Alfaro, guerra sucia.